Frescobaldi encarna la esencia de la Toscana, su extraordinaria vocación vitivinícola y la diversidad de sus territorios.
La singularidad de Frescobaldi nace precisamente de la representación de esta diversidad, de sus fincas y de sus vinos que expresan un caleidoscopio de aromas y sensaciones, que nacen de las características de cada terroir.
Detrás de cada vino Frescobaldi se esconde la pasión de nuestros agrónomos y enólogos, que conocen nuestros viñedos y terroirs hasta el más mínimo detalle. Su arte, crear vinos de calidad, requiere la regla de hierro del respeto. Respeto por nuestra tradición, que nos guía incluso en medio de la innovación o de soluciones de vanguardia. Respeto por la Toscana, nuestra tierra viva, que hay que cultivar en armonía y serenidad. Respeto por cada terroir, fruto de una combinación única de suelo, altitud y microclima, cada uno de los cuales nos da un vino con su propia personalidad inigualable.