Los vinos de El Enemigo son un homenaje a esas batallas internas que nos hacen quienes somos, llevados a cabo por un enólogo, Alejandro Vigil, y una historiadora, Adrianna Catena, quienes comparten el amor por el vino y se remontan al pasado para capturar la era en la que los inmigrantes europeos se establecieron por primera vez en Argentina. Estos colonos buscaban hacer vinos tan finos, y más finos, que los de su antigua patria. En 1936, Malbec y Petit Verdot eran las variedades finas más plantadas en Argentina, y su mezcla se consideraba lo máximo en refinamiento y potencial de envejecimiento.