Purgatori es testigo material del paso de la orden benedictina por una tierra que les fue penitencia y descubrimiento: un clima extremo y un terruño especial para un vino superior. En 1770, la abadía de Montserrat ordenó la construcción de la finca en L’Aranyó, un lugar inhóspito y lejos del monasterio, en esta zona conocida por su clima extremo y duras condiciones de vida. Allí se enviaba a los frailes desobedientes, que hacían penitencia labrando esta tierra. Descubrieron un terroir con buen potencial para elaborar un vino superior. Según la leyenda, grandes barriles desaparecían misteriosamente. Algunos decían que los ángeles los llevaban a las alturas. Desde 2012, continuamos su legado elaborando un vino de gran personalidad, fresco y elegante.